Era un día de otoño,
lleno de luz y color,
cuando, con gran entusiasmo,
a la escuela llegó “amor”.
Con su traje de “paciencia”
y un sombrero de “bondad”
fue visitando las aulas
en clima de “libertad”.
La “paz” estaba presente,
¡listos para el primer día!
Niños asustadizos
y otros plenos de “alegría”.
¡Estudiantes contentos!
Todo un culto a la “amistad”.
¡Estaban todos reunidos!
¡Linda imagen de “igualdad”!
Allí estaban las maestras,
disfrutando el primer día,
el primer día de clases,
clases con sabiduría.
La bandera, desde el mástil,
ansiosa aguarda el momento
que la icen con “respeto”
y enredarse con el viento.
Las aulas se van poblando,
llega un nuevo primer día,
hay clima de “tolerancia”
y de “buenas compañías”.
Era un día de otoño,
lleno de luz y colores,
cuando ingresaron en clases
mis amigos “los valores”.
Vinieron para quedarse,
para hacerse respetar
y que tengamos un curso
lleno de “fraternidad”.
ACTIVIDADES:
- Leer el poema “El día que los valores se quedaron en la escuela”
- Reflexionar a partir de este poema partiendo de la siguiente pregunta: ¿Qué valores son necesarios en la escuela?
- Repartir hojas de colores.
Pedirles que dibujen una de sus manos para luego recortar el dibujo y escribir en él el valor que les parece más importante para la buena convivencia en la escuela.
- Pegar todas las manos de papel por la clase, para que esos valores sean un referente cada vez que lo creamos necesario.
- Para casa: cada uno anota el valor que ha escogido y busca su significado en el diccionario para luego explicarlo a sus compañeros.