El rey Euristeo envió a Hércules a su segunda aventura: matar al monstruo. Allá fue el héroe, vestido con la piel del león de Nemea y montado en un carro que guiaba Iolao, su sobrino.
Para obligar a la Hidra a salir de su madriguera empezó a lanzar
flechas incendiarias al pantano, hasta que apareció con toda su maldad.
Hércules golpeó una y otra vez, sin descanso, viendo con horror -bueno, con poco horror, porque para eso era un héroe- cómo una vez y otra crecían sin parar las cabezas que él arrancaba con su espada. Y ya sabemos que a los dioses griegos les gusta jugar con los héroes; de esta forma, Hera, que llevaba tiempo deseando vengarse de Hércules, encontró la ocasión: hizo salir de las ciénagas dos enormes cangrejos gigantes suyas pinzas se cerraron alrededor de los tobillos de Hércules -que logró, con su inhumana fuerza, liberarse y aplastarles el caparazón.
El héroe empezó a cansarse, de forma que acudió Iolao en su ayuda con una antorcha: cada vez que Hércules arrancaba con su espada una de las cabezas de Hidra, su amigo quemaba el muñón para evitar que volviera a crecer otra. Finalmente, Hércules cercenó la cabeza inmortal (como él mismo era de la sangre de los dioses, tenía ese poder); luego mojó la punta de sus flechas en la sangre de la Hidra, a fin de darles más poder mortífero.
Hércules golpeó una y otra vez, sin descanso, viendo con horror -bueno, con poco horror, porque para eso era un héroe- cómo una vez y otra crecían sin parar las cabezas que él arrancaba con su espada. Y ya sabemos que a los dioses griegos les gusta jugar con los héroes; de esta forma, Hera, que llevaba tiempo deseando vengarse de Hércules, encontró la ocasión: hizo salir de las ciénagas dos enormes cangrejos gigantes suyas pinzas se cerraron alrededor de los tobillos de Hércules -que logró, con su inhumana fuerza, liberarse y aplastarles el caparazón.
El héroe empezó a cansarse, de forma que acudió Iolao en su ayuda con una antorcha: cada vez que Hércules arrancaba con su espada una de las cabezas de Hidra, su amigo quemaba el muñón para evitar que volviera a crecer otra. Finalmente, Hércules cercenó la cabeza inmortal (como él mismo era de la sangre de los dioses, tenía ese poder); luego mojó la punta de sus flechas en la sangre de la Hidra, a fin de darles más poder mortífero.
Javier Barragán Pineda
ResponderEliminar4ºA
Los cuentos de Hércules son muy emocionantes. Hércules es un héroe hijo de una mortal y un dios, es muy fuerte y muy valiente.
En esta historia se enfrenta y mata a la Hidra, después de matar al león de Nemea. La historia del león es mi favorita.
Que te diviertas leyendo las aventures de Hércules.
Me alegra ver que te has leído las historias. ¡Gracias por participar!
EliminarMª Jesús
Por fuerte que sea una persona, va a necesitar ayuda para algunas tareas de su existencia. Humildad amigos.
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